sábado, 24 de noviembre de 2012

no entiendo

no entiendo por qué la gente sale tan tarde
no entiendo por qué miro películas que me hacen llorar
no entiendo por qué dicen que el calentamiento global es una mentira
no entiendo por qué los colectiveros dicen "arriba, arriba" cuando ya estás arriba
no entiendo por qué mi mamá me sigue diciendo que me abrigue
no entiendo por qué sigo cometiendo los mismos errores
no entiendo por qué a la gente le gusta ir al shopping
no entiendo por qué mi economía depende de la de otros
no entiendo por qué seguís en mi vida
no entiendo por qué los hombres son todos iguales
no entiendo por qué las mujeres son todas iguales
no entiendo por qué tengo que ir a trabajar cuando no quiero
no entiendo por qué el mate me da acidez
no entiendo por qué me pongo colorada
no entiendo por qué nunca me acuerdo la capital de China
no entiendo por qué al encargado le dicen portero
no entiendo por qué todos los bebés recién nacidos son iguales
no entiendo por qué soy tan insegura
no entiendo por qué existe la guerra
no entiendo por qué no entiendo

viernes, 23 de noviembre de 2012

conversaciones VI


- Estoy viviendo en un sueño-. Le dijo
Apoyó los dos pies en el piso y nada, todo seguía igual.
- La mente vuela con la facilidad de un pájaro con experiencia, pero es difícil encontrar un cuerpo que pueda seguirla -. Contestó como por reflejo. - Inversión, hay que invertir -. Se decidió.
- ¿Dinero?
- Roles.
Se levantaron y sin mirarse a los ojos se cambiaron de lugar en la cama.
- Es incómodo tu lugar. Frío, como si el viento que entra por la ventana llegara sólo a este punto de la habitación, no lo entiendo.
- Hay que esperar.
- ¿Va a parar?
- No, te vas a acostumbrar.
- No quiero acostumbrarme a algo así. Prefiero mi lugar de ensoñación.
- Parece que ahora es mi turno, y no hay espacio para los dos.



miércoles, 21 de noviembre de 2012

crash gordon


Imagino un puente
imagino mi llanto quebrándolo,
haciéndolo pedazos
sin reparación.
Te imagino inerte,
fotografiando la ocasión
esperando felicitaciones
esperando la ovasión
Imagino tu llanto
mezclándose con los restos del mío
formando una catarata de lágrimas
el agua corre en el mismo río
Me imagino yéndome, sin decir palabra
sin encontrar solución
veo los escombros,
el puente se quebró.

lunes, 5 de noviembre de 2012

soy aquella que...


Empezaría por mi nacimiento, pero no sé cuando nací. Es que en realidad no sé qué es nacer, los verbos inventar (se), advenir (se), aparecer (se), creo que son igual a nacer, o parecidos, o algo así.  Yo me invento, me advengo y me aparezco constantemente, nazco constantemente para volver a nacer. Siempre con otra máscara, otro disfraz, otro personaje. No hay un nacimiento, hay miles, millones, tantos como ganas de re-crearse, como fuerzas transformadoras, como pestañeos en una vida, como respiraciones en un sueño de primavera.  Me creo una y otra vez, siempre diferente, siempre más diferente, y vivo en nuevos zapatos que desgasto con ímpetu, para desaparecer en su degenero,  para volver a empezar, y volver a nacer. No puedo empezar por mi nacimiento, no puedo empezar, no hay comienzo, soy eterno devenir. Incluso desde antes de mi concepción: fui hablada, fui deseada, fui nombrada, fui nacida en la palabra una y otra vez. No existe un antes, no existe un después, sólo existe un ahora, un ahora que condensa en una unidad toda mi historia que a la vez incluye toda la historia de la humanidad. 
Soy aquella que reúne todo eso que es imposible de nombrarse en una sola vez.

lunes, 29 de octubre de 2012

somos posibilidad

traemos la nada al mundo, 
somos la nada porque no-somos-suficientemente.
condenados a la libertad, 
estamos obligados a hacernos en lugar de ser
libres, nos elegimos perpetuamente,
y siempre podemos ser otra cosa,
-siempre somos otra cosa-,
pero nunca lo somos del todo.






viernes, 19 de octubre de 2012

plop


Soy una chica a la que le gusta mucho hacer globos con el chicle. De hecho, soy una chica que come chicle con la única meta de hacer globos. Y no sólo soy una chica que disfruta de hacer globos, sino fundamentalmente de explotarlos. Digamos que me satisface tener un globo en mi boca y explotarlo, me gusta escuchar el ruido, sentir la explosión en mi boca, y la textura del chicle explotándose. Me gusta tanto que en los momentos de explosión me abstraigo de la realidad: si estoy caminando puedo –sin darme cuenta- terminar en algún lugar incierto de la ciudad; si estoy con alguien puedo estar mirándolo a los ojos pero sin prestarle atención; si estoy escribiendo un cuento puedo encontrarme de repente escribiendo sin parar una y otra vez “plop”. 
Podría pensarse que el hecho de disfrutar la explosión de un globo estaría hablando de que soy una persona a la que le gusta reventar sus sueños, ya que podemos imaginar que el globo simboliza la posibilidad de desarrollo y amplitud, y que yo –una chica a la que le gusta explotar globos- me complazco mutilando esa posibilidad. Aniquilación total de lo-que-puede-ser, satisfacción total ante la destrucción de lo potencial en y de mí. Parecería que gozar del final, de lo que termina, de lo que se acaba, sería una característica de mi persona, y por eso en todos los aspectos de mi vida me encontraría siempre buscando generar el desenlace de las situaciones. Podría hipotetizarse que protagonizo mi propio boicot, y que soy de aquéllas a las que les gusta sufrir. Y acá viene lo jugoso: contradicción entre satisfacción y sufrimiento. Lo que me hace mal me hace bien, lo que deseo me destruye. Me encontraría, así, inmersa en un callejón sin salida en el que me aíslo y me encierro porque a pesar de que me daña, me motiva, y de allí no puedo salir.
Podría pensarse todo esto, o podría decirse simplemente que soy una chica a la que le gusta hacer globos con los chicles y explotarlos.

jueves, 11 de octubre de 2012

all you need is truth


No siempre te dejan decir lo que pensás, lo que sentís, lo que querés. Y hasta a veces te hacen creer que te dan lugar, que te abren el camino para que puedas expresar todo lo que cargás adentro tuyo, pero no, es todo una mentira, otra escena montada más. Te permiten hablar pero no te escuchan, te dejan opinar pero no debaten con vos, tus palabras ingresan al mundo intersubjetivo pero es que nadie las valora, nadie las aprehende, nadie las comparte, ni siquiera las refutan. Y eso es lo peor  de todo: simplemente las ignoran. Es que la gente no está preparada para escuchar verdades, porque no sabe qué hacer con ellas, les genera un problema ético, yo no lo llamaría moral. La verdad – que siempre es subjetiva, porque hay tantas verdades como seres humanos en la tierra, pero son verdades al fin- coloca al otro en una posición de incomodidad, le hace jaque-mate, lo obliga a actuar. Es que algo hay que hacer con ella, la verdad no puede –ni debe- dejarse huérfana ni a merced del viento y las fuerzas sobrenaturales. La verdad invita a accionar, y siempre desde una posición –subjetiva, otra vez.
Pero por más que algunos no quieran escuchar, vos hablá, decí, gritá. Escribí las paredes, las servilletas en los bares, las hojas caídas de los árboles, los boletos de colectivo, los tickets del supermercado. Inventá cuentos llenos de verdad, componé canciones llenas de verdad, sacá  fotos llenas verdad, resolvé problemas llenos  de verdad, hacé cuentas llenas de verdad, cociná muffins llenos de verdad. Alguien lo va a escuchar, ver, oler o sentir. Y seguramente será alguien que –como vos- tenga verdades para decir.


miércoles, 10 de octubre de 2012

dame


Dame de lo tuyo, de lo que sos,
de lo que te forma y te deforma,
de lo que te hace ser y de lo que no.
Dame, dale, si te sobra,
si lo derrochás,
si se te escapa por los poros,
por la mirada, por los bolsillos del pantalón.
Dame de tu encanto,
de tu canto,
de tu desencanto.
Dame de tu cuerpo
ese cuerpo adiestrado,
amaestrado,
y ahora revolucionado.
Dame de tus palabras
incoherentes,
irreverentes,
cuasi adolescentes.
Dame, dale, si lo tenés todo
todas las vocales
todas las ciudades
todas las tempestades.
Dame tu equilibrio,
tu orden,
dame tu desequilibrio desordenado.
Dame de lo que tengas,
de lo que te sobra
y siempre dame de lo que te falta
así te falta más.
Quiero ser la que cause tu falta
ser tu falta personificada
y que me des de esa falta, siempre un poco más.

sábado, 6 de octubre de 2012

uno entre mil

Venimos de un espacio propio, con paredes de nubes de algodón que se atraviesan fácilmente, pero siempre con precaución. Afuera encontramos otras texturas, otros olores, otros sabores, otros relieves, otros tiempos que se mezclan con los propios y se hacen uno. Uno de afecto, uno de contención, uno de calor, uno de amor, uno de cosquillas, uno de risas, uno de creación. Somos uno, pero uno multiplicado por muchos -cuántos, no lo sé. Somos muchos en uno, muchos que jugamos, compartimos y danzamos al ritmo de la vida.










viernes, 21 de septiembre de 2012

mañana es mejor

Siempre hacia adelante, hacia algo que todavía no es, pero que sin embargo está siendo nombrado y que, por el mero hecho de existir en el reino de la palabra, va adquiriendo forma, características, sentido. Un viaje, una fiesta, un feriado, una reunión, inicio de clases, fin de clases, un recital, un cumpleaños, unas vacaciones, una inauguración, un encuentro. Nada es hoy, todo es mañana. Todo está allá –más allá- y por eso abre universos de creación, no lo podemos ver con los ojos, pero lo podemos imaginar con el resto de los sentidos. Acá no hay nada, acá vivimos allá, porque allá todo es posible, allá no hay certezas, allá no hay miedos, ni rutinas, ni vacíos, ni inviernos fríos. Allá es siempre primavera, allá siempre es hoy, pero mañana.


lunes, 17 de septiembre de 2012

de como tu vida puede ser un domingo tras otro


De repente mis sábados se convirtieron en domingos, pero mis domingos seguían siendo domingos, entonces me encontré en una situación en la que dos días a la semana sentía que las acciones, los pensamientos, las conversaciones, las esperas, las caminatas, las siestas y el mundo en general, nada de todo eso tenía sentido. Dos días a la semana, cuatro al mes, cuarenta y ocho al año. Un montón. Comencé a pensar entonces que eso era mucho, que eso me parecía mucho, mucho de nada, eso era mucho. No podía salir de esa enorme cantidad de horas perdidas y sin sentido. Tanto de eso y tan poco de otras cosas que no podía encontrar, ni nombrar, ni siquiera imaginar. Me volví más escéptica, más sarcástica, más incrédula. Mis dos días domingos eran una gran mochila de mochilero que cargaba de lunes a viernes y que poco a poco me fue encorvando, cansando y apagando. Entonces mis viernes también se transformaron en domingos, tediosos, sombríos, amargos, eternos, vacíos. Y después fueron los jueves, y luego se agregaron los miércoles, los martes y hasta los lunes. Siete días domingos al mes, trescientos sesenta y cinco al año. Ya no era mucho, ya era todo. Mi vida era una sucesión de domingos, una angustia pectoral inacabable e intransmisible al resto de la gente. Dejé de ir a trabajar, de ver a mis amigos y a mi familia. Ya casi no me levantaba de la cama, las sábanas me envolvían en su suciedad y juntas formábamos una unidad indestructible. Dejé de fumar, simplemente por carecer de fuerzas para salir a la calle en busca de los finos cilindros de la muerte.  Apenas comía y apenas tomaba, todo en función de lo que encontrara escondido en la heladera o en las alacenas jamás ordenadas.  Dejé de hablar, de sonreír y de llorar. Me olvidé de lo que era el sol, porque por mi ventana no entraba ni un rayo, no sé por qué razón ya que previo a todo esto recuerdo que mi cuarto era un lugar luminoso. Seguramente mi piel estaba pálida como la de un enfermo terminal, pero no lo sé con certeza ya que abandoné el hábito de mirarme al espejo. La gente que me conocía estaba azorada, no sabían qué me sucedía. Algunos pensaron que era una depresión por amor, otros barajaban la posibilidad de una fuerte adicción a las drogas. Pero nadie sabía a ciencia cierta qué me pasaba. 
Un día mandaron a un médico a domicilio para que los ayudara a descifrar mi estado cuasi catatónico. El médico –Dr. Rosalindo, no sé cómo lo recuerdo- me revisó sin contar con mucha ayuda de mi parte, y finalmente dio el veredicto: “Esta muchacha tiene una alteración en su calendario: todos sus días son domingos”. La gente que esperaba ansiosa en la sala de estar alguna pista sobre mi condición, en especial mi madre, se creyó estafada por este médico, Doctor quién sabe en qué ciencia, con su diagnóstico disparatado. Pero cuando yo  escuché sus palabras, fue como si alguna fuerza me volviera a mi cuerpo, a mi alma, y a mi ser. Lo miré a los ojos y pronuncié las primeras palabras luego del largo letargo en el que me había sumergido por quién sabe cuánto tiempo: "ayudame a salir".


domingo, 2 de septiembre de 2012

descontrol

No estoy pudiendo con mi vida. Me refiero al hecho de manejarla a gusto y piacere como quien diría. Se me escapan segundos, minutos, horas, días y semanas, se me escapan del cuerpo, se me escapan de mí y no sé a dónde van a parar. Las plantas se me mueren, las medias se me rompen, la comida se me pudre, y yo no sé a dónde estuve mientras todo esto sucedía. No me aguanto frente al espejo, no me aguanto parada, ni sentada, ni acostada, no me aguanto. El viento me da frío, la noche me da miedo, pero el cielo claro por las mañanas me da ilusión de completud. Ilusión y no certeza, ya de nada estoy segura, porque parece que todo lo que toco se desvanece y todo lo que se desvanece me aniquila un poquito más. No encajo en mí, ni encajo fuera de mí, porque muero cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, cada semana, siempre un poco más.

domingo, 12 de agosto de 2012

de la felicidad

No sé si la gente puede ser feliz. Digo, feliz de feliz pero con felicidad plena y radiante. Porque yo hoy caminaba, ¿no? Caminaba y veía que era una tarde tan linda, de esas de invierno con un viento fresco pero con el sol tan radiante que es más calor que frío el que sentís. Caminaba así, con la meteorología a mi favor y a favor de todos los que como yo habían salido a caminar una tarde de domingo invernal pero cuasi primaveral, caminaba y me preguntaba si la gente era feliz. Yo veía sonrisas en sus rostros, pero no veía nada más que eso, y todos sabemos que nada es más fácil que impostar una sonrisa a los fines sociales. Digo a los fines sociales porque me refería a aquellas veces en que uno no está bien y que sale a la calle, y se codea con gente, y la gente ve en la cara de uno que uno está mal, ve los ojos de uno hinchados, ve en uno las inconfundibles marcas de la tristeza, ve todo eso y sin embargo pregunta: ¿cómo andás?. Y uno, ni lerdo ni perezoso, piensa: ¿Cómo creés que estoy con la jeta que tengo? Estoy para el orto, quiero llorar todo el tiempo, quiero meterme en mi cama y no salir hasta que empiece el verano (y hoy es 22 de marzo, ta?). Pero claro, uno lo piensa, no lo dice. Porque si lo dijese se tendría que enfrentar a un extenso interrogatorio seguido de unos claros consejos de cómo debiera uno actuar, cuando todos sabemos que esos consejos son impracticables porque la tristeza sólo se pasa con días enteros de llanto. Bueno, entonces, para evitar todo este circo social,  hacemos uso de un artilugio, también social, y también circense, que es el de impostar una sonrisa para hacerles creer a todos que uno está de diez -y uno está de menos cuatrocientos cincuenta y ocho. Entonces, teniendo ese parámetro, cuando hoy caminaba y veía hombres y mujeres de la mano, niños corriendo con globos de colores, adolescentes reunidos en la plaza, vendedores de feria tratando de ganarse la vida, digo, yo caminaba y veía toda esta gente aparentemente feliz, y  yo pensaba: no sé si la gente puede ser feliz.

viernes, 10 de agosto de 2012

?

Creo poder entender ciertas cosas que antes no podía. O por lo menos ahora les encuentro alguna explicación que encuadra con mi modo de ver el mundo, el modo que actualmente tengo de pensar y de sentir el aire, el cielo, los olores, los colores, los pájaros y las personas. Pero aún hay cosas que no entiendo,   entonces intento buscarlas en el diccionario, intento hacerme de alguna definición que aclare y calme mi duda, pero no hay nada escrito en el diccionario de eso, es inútil la búsqueda. Y entonces frecuentemente tengo arranques de ira infinita, y grito y lloro pidiendo auxilio para que alguien me dé alguna pista que logre esclarecer mi entendimiento. Y me doy cuenta de que nadie sabe qué decir, ni qué hacer, porque todos son parte de este laberinto enredante y sin fin, que logra marearte y desquiciarte y hacerte creer que formás parte de él, que seguís sus caminos y destinos, que vivís en él, por él y para él,  y que vas a hacerlo siempre. En ese laberinto estamos todos -o por lo menos así nos lo hace creer-, y a veces algunos se hallan conformes y pueden dar palabras de aliento a quienes se encuentran perdidos entre tanto sendero virtual, pero al fin y al cabo aquéllos se encuentran tan perdidamente encerrados en esa maraña de vericuetos incoherentes, tan encerrados y asfixiados como todos, como vos, como yo. Y así sigo sin entender ciertas cosas, y me conformo cuando entiendo ciertas otras, pero no me canso de gritar y patalear por todo aquello que no me explican, que no me gusta y que no entiendo, todo aquello que no me dijeron cuando llegué acá. Por eso escribo y con mis palabras exijo -hoy, mañana y siempre- una respuesta a mis eternas preguntas, aunque sé que esas respuestas indefectiblemente dispararán más preguntas sin respuesta. Acepto el desafío.

miércoles, 8 de agosto de 2012

sin límites

nunca permitas que te pongan un techo
el límite lo ponés vos
no te dejes engañar
siempre hay más
más y más.

http://www.youtube.com/watch?v=U16Xg_rQZkA&feature=related

sábado, 4 de agosto de 2012

ch ch changes

Cambio constante para sentir que estoy viva. Creación, recreación, mutación, variación, sensación, emoción: acción. Actuar para vivir. Vivir para actuar. Actuar y ser siempre diferente, una vez más, cada vez más, más distinta, más ajena a mí. Movimiento eterno sin detención. Ir, venir, afuera, adentro, arriba, abajo, nunca quietud. Torbellino de ideas, pensamientos, conocimientos, torbellino inquieto que genera cosas nuevas. Más allá de la moral, sin quedarme atrapada por cánones establecidos. No interesa qué, interesa cómo, por qué y para qué: Traslación y rotación porque hay que reinventarse para encontrar un sentido. Traslación y rotación, como la Tierra que me contiene y a quien contengo y reproduzco por el mero hecho de habitarla. Terrestre soy, y así me muevo, para vivir. Cuánto me emociona saber que mucho más queda por venir.




sábado, 7 de julio de 2012

poema sin memoria

no recuerdo haberte invitado
a este obsceno paisaje
no recuerdo tu voz, tu olor, tu traje
mi cuerpo es tu cuerpo
sin línea de montaje
sin colesterol
sin sal
sin pasión
sin oleaje
no recuerdo tu entrada
no recuerdo tu estadía
no recuerdo tu camino
pero sé que no habrá salida

martes, 3 de julio de 2012

aguantatela

no vas a poder controlar todo. simplemente no vas a poder. en el cielo hay nubes y no las podés tocar. en el río hay peces que no podés ver. no siempre el tarro de mayonesa puede abrirse sin ayuda de otro. no siempre la tostada cae del lado del dulce. a mí en general se me cae del lado que no tiene nada, y me la puedo comer, tengo suerte en eso. pero en cambio siempre llueve cuando quiero ir a andar en bici, y sale el sol cuando me olvidé de regar las plantas. hay cosas que se me escapan de las manos y aunque quisiera tenerlas en mi puño de por vida se me deslizan como granos de sal. no es el fin del mundo, es el comiezo: así empieza la vida, no salgas corriendo.

domingo, 24 de junio de 2012

(des)esperando

Somos seres que extrañamente no podemos esperar, porque creemos que en la espera hay algo que se pierde. Nos desespera sentir que algo está pasando paralelamente, algo más importante que nuestra propia espera, la cual es nuestra propia realidad. Creemos que hay algo más allá de la existencia de nuestro ser en la espera, y de este modo elegimos no existir en la espera sino en la creencia de un "más allá". Así, no nos habitamos, y nos perdemos de disfrutar de lo mágico que puede suceder en una espera.


jueves, 14 de junio de 2012

desencuentro

No hay manera de detener nuestro encuentro:
la Luna, Venus y Júpiter se alinean
las nubes se desintegran y nos alejan la lluvia
en el campo la soja está lista para cosechar
Estados Unidos ya no controla la política internacional
no hay caza de delfines en Taiji
en Buenos Aires no hay paro de subtes
no hay violencia en las canchas
no hay basura en las calles
los locos son tomados como ejemplo
en las radios suena una y otra vez Something de los Beatles
alguien recita los veinte poemas de amor de Neruda
tu Súper Yo no te castiga
mi Ello sale a la luz
tengo dibujada tu sonrisa
todo, todo está listo.
Ahora faltás vos.



sábado, 2 de junio de 2012

bla

habito un vacío que no quiero llenar
lo bordeo, lo miro
lo sufro, lo lloro
respiro hondo y sigo:
esto también pasará




lunes, 28 de mayo de 2012

la palabra del deseo

" (...) La soledad no es estar parada en el muelle, a la madrugada, mirando el agua con avidez. La soledad es no poder decirla por no poder circundarla por no poder darle un rostro por no poder hacerla sinónimo de un paisaje. La soledad sería esta melodía rota de mis frases."

[ Alejandra Pizarnik - "La Palabra del Deseo" ]

domingo, 27 de mayo de 2012

soy extranjera


Puedo tocar el tiempo. Sí, lo toco, lo palpo, puedo manipularlo. Cuando iba a verte, una hora eran cinco minutos. Pasaba horas y horas contemplándote, sin esperar nada más que eso. Los segundos se me escurrían como arena en las manos, no había control, y el tiempo dejaba de ser para mí algo medible. Pero ya no te veo más, y lo decidí yo. No se puede amar tanto a alguien que no te ama igual, una vez escuché que no hay que dar lo que no te pueden dar, y pensé que era algo egoísta esa máxima. Ahora, después de haberte amado sin haber sido amada por vos, pienso que debería haber sido un poco más egoísta con vos. Si puedo ser egoísta con tantas otras personas, cosas o situaciones, no entiendo por qué no puedo ser egoísta con la persona que merece que lo sea. Parece simple cuando lo verbalizo, pero en el acto hay algo que me frena y no me permite pensar en mí. Sólo lo logro a la distancia, siempre a la distancia, nunca en el momento adecuado. Estoy desfasada en cuanto a época, lugar y personaje. Estoy desfasada, y por eso puedo tocar el tiempo, porque no estoy en él, porque no lo habito, porque soy una mera observadora del tiempo y por ende de la realidad. Estoy afuera de esa convención. Soy extranjera.


(fragmento de "Work in progress" - by Me.)

domingo, 6 de mayo de 2012

en otro lugar


Me embellezco entre tus piernas, entre tus brazos, sintiendo tu piel con mi piel, tu nariz contra la mía respirando la una por la otra, tus pestañas acariciándome y mi pelo abrigándote del frío que entra por la ventana del comedor. Penetrada por tanta completud me perturbo, no entiendo quién es quién y qué es qué. Me mareo, me pierdo, me acostumbro, me acomodo a vos, y me moldeo según tus formas, juego con tu barba, me veo en tus ojos, sonrío con tus sonidos, como de tus besos y bebo de tu sed. Te tatuás en mí y yo en vos, y nos olvidamos del mundo pero no de mí y no de vos, somos vos y yo, somos dos pero somos uno, somos vosyo. Y es tan peligroso como jugar a la ruleta rusa pero con todas las balas cargadas, y con un solo jugador: yo. Porque si vos te vas, dejás tu marca, tu huella, tu código de barras con números enteros y descremados, y yo quedo acá, ya sin el vos, siendo todo yo, todo yo yo yo. Y me abro, me quiebro, y las balas salen una tras otra sin intervalo, sin aire, sin respiro, sin suspiros, sin preguntar, sin pedir permiso, sin dejar lugar más que para un yo. Entonces permitime irme antes de que te vayas, dejame salirme del momento, de la situación, y dame lugar a mirarme desde arriba, o desde abajo, o desde los costados, pero no en mí. Y así, en este nuevo estado, en este nuevo contexto, en esta nueva realidad, te abrazo, te miro, te escucho, te toco, te beso, te muerdo, te invado, te caliento, te envuelvo, te exprimo, pero sin hacerlo. Porque me fui a jugar a la ruleta rusa, sola, y ya estoy en otro lugar.



jueves, 3 de mayo de 2012

como si

como si tuviéramos que hablar algo,
como si tuviéramos que hablar,
como si tuviéramos,
como si.

como si debiéramos hacer algo,
como si debiéramos hacer,
como si debiéramos,
como si.

como si quisiéramos decir más,
como si quisiéramos decir,
como si quisiéramos,
como si.


como si no pudiéramos más,
como si no pudiéramos,
como si no,
como si.

como si tuviéramos que hablar,
como si debiéramos hacer,
como si quisiéramos decir,
como si no pudiéramos,
como si.

martes, 1 de mayo de 2012

bien

Te dejé sin premeditación obsesiva, sin darle vueltas al asunto, de un saque, te saqué, de cuajo, te arranqué, de cuajo. No había movimientos que estimularan sentimientos, ya nada me sacudía de la estructura arcaica en la que me ubico, en la que me asiento desde mi nacimiento (o desde antes quizá), estructura de la cual no puedo /quiero salir. Sujeta sujetada al Otro que aparece y desaparece, que va y viene en el vaivén de la palabra. Como un ovillo llegué, enmarañada hasta el hartazgo en los discursos, y lentamente me desenredé, me despeluché, y ahora tengo más caminos, ahora veo más caminos. Ahora puedo nombrar lo que veo, puedo nombrar lo que escucho, y todavía no puedo nombrar lo que duele porque aún no estoy lista para que eso salga por mi boca sin ahogarme. Puedo cantar, y bailar, y reírme, y llorar, y gritar, y gritar: no puedo más. Estoy en un puente, un puente que construí con arcilla y papel, no me voy a tirar, pero tampoco lo voy a cruzar. Por ahora me quedo acá, veo pájaros, pajaritos, mariposas, maripositas. Veo peces en el agua, veo rocas, veo algas, veo basura, y si levanto la mirada siento el viento en mi cara: es frío pero sirve. Sirve de sostén, de aviso, de recordatorio (hola, estás viva), pero aclaro que eso no es cien por ciento maravilloso. No siempre me gusta sentirlo todo, y acá en el puente pasa eso: siento. Pero aunque no todo es  perfecto acá en el puente, ya no puedo caminar más, por ahora, no, no puedo, estoy anclada, aunque quisiera moverme para otro lugar. En mi piel se lee "basta de puentes y asombrosas mariposas", eso ya lo conozco, lo digo, lo hablo, puedo nombrarlo. Y sé muy bien que hay un bosque por ahí, por allá, lo sé, alguien me lo contó, o lo inventó, o lo inventé. Ese bosque sé que está en algún lugar, pero sólo lo sé, es una intelectualización, un conocimiento, una racionalización. Aprendí que existe un bosque, que es oscuro y húmedo, en donde hay cosas que nunca ví. Lo tengo anotado en mi libretita de anotar la vida: “hay un bosque al que no conozco, al que no tengo acceso, al que quiero –y no quiero- ir”. Entonces sigo acá, en el puente, mi puente, o el de Otro, maravillada por el soplo del viento en la cara, esperando que venga alguien –otro- que me invite al bosque, que me arranque de cuajo, que me arranque, que me saque, sin vueltas, como hice con vos.


lunes, 30 de abril de 2012

siempre voy a estar enamorada de vos

(es una afirmación, no una pregunta).


preguntas a cualquier ser humano "normal"


No importa hacia dónde vas, la cuestión es cómo, con quién, por qué, cuántas veces, para qué, para quién, ¿lo elegiste vos?, ¿qué hay allá?, ¿y si no vas?, ¿lo deseás?, ¿te deseás cuando lo deseás?, ¿deseás a otros deseándolo?, ¿qué deseás deseando llegar?, ¿deseás el camino para llegar?, ¿pintás las baldosas de ese camino con el color de tu deseo?, ¿vés lo que pintás?, ¿olés su aroma?,  ¿sentís sus texturas?, ¿escuchás su melodía?, ¿avanzás percibiendo tu avance?, ¿siempre avanzás?, ¿el viento no te frena?, ¿qué hay de las tormentas?, ¿te hacen huir?, ¿querés huir?, ¿a qué le temés?, ¿son personas, monstruos, lugares, estados, instintos?, ¿o sos vos?, ¿quién camina?, ¿cómo camina?, ¿con quién camina?, ¿por qué camina?, ¿cuántas veces camina?, ¿para quién camina? …



sábado, 28 de abril de 2012

posesión del tercer tipo


En mi mundo
sirena soy
nado, me sumerjo
siempre y hoy

me impulso y me suelto
para serlo -y no-
esta vez nada se rompe
sólo nado

sirena soy


viernes, 27 de abril de 2012

distanci(arte)


Si te miro yo te toco
aunque sea simbólicamente
no me atrevo a alcanzarte
enredado entre la gente

No encuentro los sentidos
que me impulsen a tu suerte
no hay objetivo, no hay camino
sólo muerte

Muero yo
mezclada entre las sombras
morís vos
aplastado por mis obras

No hay contacto
ni sintacto
-no me jacto-
sólo hay acto

No sos vos, soy yo
no soy yo, sos vos
indiferenciados
en todos lados

Entre ríos y pantanos
entre mares y villanos
la distancia se diluye
y mi cuerpo es el que huye

Es mi contradicción:
te toco sin tocarte
aceptalo
ese es mi arte

martes, 10 de abril de 2012

d ICC ionario

quiero un diccionario
sin abecedario
ni intermediario
en donde las palabras sean una
y donde una sea las palabras

un diccionario sin páginas
sin diferencia ni correspondencia
sin presencia ni ausencia
con un viento que alborote
con aire entre significados

que amor y odio sean lo mismo
igual que frasco y universo
igual que frambuesa y helado
igual que japón y corea
igual que sujeto y sujetado

ese diccionario existió
y existe
habla más que yo
o mejor
o peor
pero habla
no soy yo

viernes, 6 de abril de 2012

historia particular

Me incitás a la rebelión cuando provocativamente prendés tu cigarrillo con el fuego de mi pelo enmarañado en las mañanas de otoño, y en las de invierno, y en las de primavera, y en las de verano. Me incitás, me excitás, me estimulás. Y aunque intente deshacerme de tus besos tardíos, tus miradas sin intervalos, tus fragmentos de amor y de odio, y de gracia y desgracia, y de triunfos y de fracasos, y de fracasos, y de fracasos, y de fracasos; aunque lo intente y lo logre, quiero decir: aunque lo intente y lo logre y lo siga logrando, aunque lo haga, vos vas a venir, vas a cantarme, a mirarme, a tocarme, a sonreírme, a susurrarme, a rozarme, a enredarme, a manosearme, a abrazarme, a calentarme, a apretarme, a rodearme, a sostenerme, a asfixiarme... Vas a ahogarme, vas a ahogarte y vas a ahogar los gritos de mi revolución. Y ahí, allí, así,  yo misma voy a ser la que deshaga lo hecho, los hechos, los deshechos, de esta historia ni universal ni singular, pero sí particular, inventada y fantaseada, que no tiene ni principio, ni nudo, ni desenlace.

domingo, 1 de abril de 2012

hablar de mí, hablar de vos

Cuando te ví por primera vez, mi piel se estremeció y mi corazón latió tan fuerte que tuve que irme del salón. Una vez afuera, un hombre sexagenario que crucé en la calle me dijo, sin interés ni motivo aparente: "el arte no se ofrece al entendimiento, se ofrece a la sensibilidad". Entonces, llegué a casa y, sin siquiera sacarme el abrigo, pinté una pared creyendo que iba a plasmar mis sentidos sin-sentido. Y escribí tu nombre (en minúscula).

sábado, 24 de marzo de 2012

nunca más

Tus crímenes aún duelen
Se ven, se sienten
Se tocan, se palpan
Se oyen, se gritan
Se hablan, no se callan

Están, los huelo,
En las calles
En las plazas
En la gente
En las cabezas
En los ojos
En el corazón
En la población

Por eso, te digo
y escribo:
No esperes olvido,
No esperes perdón

lunes, 19 de marzo de 2012

la cuerda puede ahorcarte,
pero también puede salvarte.
(¿o al revés?)

domingo, 11 de marzo de 2012

a volar mi amor

No soy yo, sos vos. Te busco y no te encuentro, te escapás constantemente por el agujero infinito de mi cartera apolillada. Y aunque meta y siga metiendo la mano, el brazo y hasta el hombro, huís para que no te agarre, pero me llamás desde ese más allá –tu más allá- para que te acompañe a ver pasar la vida. Dejá de insistir con eso, me da náuseas todo, vos, yo, todo. Pero igual llegué acá, lo sé, no me lo digas otra vez, el viento y los latidos de mi corazón se encargaron de mostrármelo. Y te veo, y me hablás, no me tocás, no te animás, pero me hablás, no parás. ¿Sos capaz de inventar un mundo de mariposas hermosas que canten canciones de invierno en días de verano? No te creo nada, porque no creo en nada, no creo en nadie, no creo en vos, y ni siquiera en mí. Y seguís monologueando, te escucho, tu voz ya no aturde, y ahora hasta adormece. Con mis últimas fuerzas te digo que no prediques el amor sin fronteras, cuando vos mismo no sabés cómo amar, ni cuando, ni donde, ni a quién. Nada ni nadie te lo puede explicar, sos vos el que lo tiene que descubrir, vos, solo, sólo vos. Pero, mirame, ¿me escuchás? Para eso tenés que querer soltar las cuerdas que te atan al altar de la razón. Soltalas, soltate, tomate un Sertal y dejate llevar.

martes, 6 de marzo de 2012

inercia colectiva

De repente, mirás al frente y todo empieza a cambiar. Cuerpos que no cesan de moverse, cuerpos frenéticos, parecen escaparle a algo. Se levantan, dan pasos irregulares, varios pasos irregulares. Atrás, adelante, al costado, y de nuevo a sentarse. A todo momento amagan con la quietud, pero al instante el desfile sigue, parece que el carnaval recién comienza. A veces son varios al unísono los que se mueven, pero ni se miran, ni se tocan, ni se sienten, ni se nada. Son sólo cuerpos en movimiento. Rápidos, concisos, espásticos, muy poco fantásticos. No hay caras, ni caretas, sólo espaldas y nucas amorfas. No hay identidad ni subjetividad, sólo objetividad. La objetividad de cuerpos desconformes buscando algo con esos movimientos interminables. Los ves, los observás, te intrigan, pero no querés formar parte. No. Entonces te parás, para irte. Y sin querer ahora lo estás haciendo. Atrás, adelante, al costado, y de nuevo te sentás. No sabés por qué. Ni para qué. Y seguís, sin pensar. Y ahora sos un cuerpo frenético en movimiento perpetuo buscando algo que nunca va a encontrar.


sábado, 3 de marzo de 2012

incapacidad

No salen por los ojos
no pueden
buscan otro camino
para irse
no pueden acampar en mí
-se tienen que ir-

escupo por las manos
algunas letras
torpes, escuetas
que crean palabras
con forma de lágrimas
-tienen que salir-

Letras que se unen
juntas, ellas
intentan sacar
esos demonios que me arrebatan
y me alejan de todo
-y de mí-

lunes, 20 de febrero de 2012

hace añares que no lloro

"llorar forma parte de la actividad normal del cuerpo enamorado"

[  R. Barthes, Fragmentos de un Discurso Amoroso  ]

viernes, 17 de febrero de 2012

miércoles, 8 de febrero de 2012

8

8/2, 4, 4/2, 2. 2 pedacitos cortados bien chiquitos. Diminutos, microscópicos, atómicos que se diluyen entre cosas más grandes, cosas que se ven pero que contienen pedacitos diminutos, microscópicos, atómicos que se diluyen. Pico todo bien chiquito para que no molestes, para que no se oigan tus gritos y te mezclo, te tapo, te oculto, te escapás pero no sos fuerte, te envuelven mis manos, te aplasta la masa, te envuelve la razón. Ahí te quedás, apretado, estrangulado contra el deber ser, pegoteado, embalsamado. Y ya no sos más ni la partícula, ni el átomo ni el bichito microscópico que de cerca es monumental, avasallante, imponente. Ahora sos casi nada, ja! no te podés mover. No podés hacer nada. Te como, te devoro, te engullo. Y ahora estás adentro, la masa que te contiene se deshace, te libera y ahora qué hago yo. No puedo seguir.

martes, 7 de febrero de 2012

(don't get any big ideas)

(...) “¡Locamente enamorados!” ¡Vamos hombre! (...) ¿No ha aprendido todavía que toda esa historia del “enamoramiento” no es una realidad existencial, sino una forma de producción cultural, una ilusión producida por los mutuos reflejos de un millón de espejos de tinte rosado: poesías amorosas, canciones populares, imágenes cinematográficas, consultorios en las revistas, anuncios de champúes, novelas románticas? (...)


[ David Lodge, El Mundo Es Un Pañuelo ]


sábado, 4 de febrero de 2012

cuestión de números

Una mirada
Dos suspiros
Tres palabras
Cuatro ojos
Cinco pasos
Seis acordes
Siete tragos
Ocho carcajadas
Nueve besos
Diez abrazos
Miles de silencios

jueves, 2 de febrero de 2012

escape

La lluvia me demuestra –una vez más- que no soy de papel. Me moja pero no me deshace, y en cambio me eleva en las alturas hacia el anhelado mundo de la inmensidad. Y vos me hablás de amor, me llenás los oídos con historias inventadas para la ocasión. Me envolvés en abrazos que me alejan del mundo y su monotonía. Me llenás los bolsillos con caramelos de sabor infinito. Y decís algo de mi risa, mis nervios en perpetua exhibición. Uno y uno son dos, pero ya son las dos, mejor me voy antes de que empiece a llover, otra vez.

lunes, 30 de enero de 2012

una imagen

Te escribí una canción
pero
usé la hoja
para encender un fuego
Algo del dolor
decía
algo del amor
también
Ví tu imagen
y recordé
lo siniestro del corazón
y empecé
Dos cuerpos se recorren
dos almas se tantean
siento que no podés hacer daño
tanto
daño
Un final que decanta
las sombras se pasean
el viento –ya lo dije-
todo se lo lleva
y el fuego todavía arde

viernes, 27 de enero de 2012

lo que el viento se llevó

Desnuda de atuendos y de pensamientos, detecto a mí alrededor el modo en que van surgiendo los surcos del deseo. Algunos tan cerca que me tocan y otros tan lejanos como el invierno; unos tan pequeños como una semilla, otros tan grandes como mi órgano cardíaco. Son como gotas de lluvia que caen y agujerean la superficie que me circunda, invadiendo sin prisa la zona, para hacerse notar. Las noto –y las anoto- y entonces sí, inevitablemente me pierdo en las cavilaciones de mi mente inquieta e inquietante. Y ahora ardo en palabras, pero jamás voy a poder decir lo que quiero decir. Es que ni bien intento asir mis pensamientos, se mezclan con las gotas de lluvia, se hacen tormenta y no se entienden en la vorágine del huracán. Y se me pierden, y se me escapan, y se me van.



miércoles, 25 de enero de 2012

es más fácil creer en lo que no es

junto tus migajas
son pocas
casi que no son
intento una forma
se deshace
la intento
pero no
el viento te desarma
más aún
vacío
cartón
cartoon
animate, dibujo
viví
volá
viví
mientras tanto me escondo
y creo
-y me escondo-
en lo que no sos

lunes, 23 de enero de 2012

el mañana

¿Qué soy si no soy destino?
no me hallo en los límites de lo que me circunda
no me veo ser
no soy ahora
soy mañana
y para siempre.



domingo, 22 de enero de 2012

quiero un jardín de giralunas

Para algunos, es tan simple como encender un cigarrillo. Para mí, es tan complicado como para el protagonista del cuento de Jack London encender una hoguera en una montaña con 50 grados bajo cero. Pero si me resultara tan fácil no sería yo, quiero decir, no estaría acá, sino viviendo en otro país y horneando muffins para mis veinte invitados. Mirá -te estoy franca-, lo sencillo no me atrapa, de hecho me repele y hasta me asusta, será que mi vida está signada por la eterna búsqueda del conflicto. Es que sin conflicto no hay solución posible, y si no hay posibilidad de crear e inventar soluciones, no hay motor para andar. Es como querer pintar una pared recién pintada: no te gastes, ella no lo necesita. Así que escribime la pared, manchala con témpera, marcador y acrílico, rallala con la llave de tu casa, y si no tenés casa, mejor. Preguntame: ¿cúanto es siete equis por veintiocho novenos dividido setecientos cuarenta y ocho al cubo? Preguntame eso porque no voy a tener ni idea y voy a querer averiguarlo. 

jueves, 19 de enero de 2012

let me be in your dreams

Se rompió el espejo del baño,
yo lo escuché
en realidad, dormía
y cuando sentí el “crack” me levanté.

Mi cuerpo temblaba
al comienzo
no reía ni lloraba,
fue puro suspenso.

Con la luz apagada
y con un ojo abierto
me incorporé y, pasmada,
escuchaba ahora el concierto.

Los vidrios caían en cascadas
chocaban el piso y volaban
y yo, en camiseta,
simplemente los miraba.

Resignada me hice un ferné
y busqué los Virginia Slims
y, cuando abrí el otro ojo, leí en el espejo:
“Let me be in your dreams”.

lunes, 16 de enero de 2012

Edu&Ramo

Eduardo Salgado había prometido hornear un bizcochuelo de naranja para acompañar el té. Él mismo batiría los huevos junto con la manteca y la harina, luego cortaría y rayaría la cáscara de algunas naranjas, enmantecaría y enharinaría el molde, vertería la mezcla en él, y luego lo llevaría a horno moderado por cincuenta minutos ininterrumpidos. Eduardo Salgado se había prometido también no volver a usar ese perfume penetrante y anticuado que usaba desde que se había iniciado en el arte de la seducción. Se bañaría con agua fría, se enjabonaría, y al salir de la ducha dejaría que el aire que entrara por la ventana secara su cuerpo, nada de aromatizantes para la piel. Eduardo Salgado además había prometido no sobre-limpiar el living, para que no se note que había estado esperando esa visita durante años. Lo barrería y pasaría el trapo sólo una vez, y lo haría el día anterior, no el mismo día del encuentro, para darle tiempo a algunas pelusas a que se instalaran naturalmente en los recovecos del lugar.  
A sólo cinco minutos de la hora pactada para la cita, Eduardo Salgado transpiraba las manos pero no quería secarse en su pantalón para no mancharlo, y tampoco quería tener una toallita para la ocasión, ya que le parecía que a su invitada podría resultarle desagradable.
Paralelamente, Ramona María Hernández padecía de taquicardia cada vez que recordaba la cita estipulada con Eduardo Salgado. Se cumplían veintidós años desde que esperaba ese momento, exactamente la misma cantidad de años que hacía que conocía a Eduardo Salgado. Desde ese entonces, Ramona María Hernández sabía que vestiría un vestido color coral –era su color preferido- y adornaría su pelo lacio y moreno con una flor que arrancaría de su propio jardín. Se perfumaría con su agua de colonia, y pintaría levemente sus labios, lo necesario para no parecer ni muy atrevida ni muy distante.
A las cinco de la tarde, ni un minuto más, ni un minuto menos, Ramona María Hernández tocó el timbre del departamento F del piso 3.
A las cinco de la tarde y un minuto, Eduardo Salgado abrió la puerta F del piso 2 y corroboró que no había nadie tras ella.
A las cinco de la tarde y cinco minutos, Ramona María Hernández, ya impaciente, volvió a tocar el timbre F del piso 3.
A las cinco de la tarde y ocho minutos, Eduardo Salgado volvió a abrir la puerta F del piso 2 y volvió a corroborar que no había nadie detrás.
A las cinco de la tarde y diez minutos, Ramona María Hernández, ya con el vestido arrugado por los nervios y la flor en la mano, decidió marcharse para no volver jamás.
A las seis de la tarde, Eduardo Salgado, transpirado y con el pantalón tan manchado como su orgullo, levantó la mesa armada con precisión y limpió todo para que no quedaran rastros de aquella horrorosa tarde en que iba a encontrarse con Ramona María Hernández pero la aritmética, arquitectura, urbanización y distribución de viviendas, mezcladas con los nervios, la timidez, la falta de investigación, y el propio destino que siempre nos arroja una cuota de azar, decidieron que no.

sábado, 14 de enero de 2012

calesita pentagonal

La cosa es así: hay una calesita del tamaño de una cajita musical, que es pentagonal y en sus puntas –que son ahuecadas- hay siempre un objeto que viene a llenarlas y que les cabe perfecto. Bueno, en todas las puntas menos en una. Es que hay una punta que aunque pongas todo de vos para llenarla, aunque te esmeres en encontrar objetos que quepan maravillosamente en una y cada una de las puntitas ahuecadas, hagas lo que hagas, siempre hay una –no importa cual- que no se llena. La calesita está estática y sólo se puede mover manualmente, por lo que uno puede rotarla a gusto y piacere e ir buscando objetos para insertar en esos pequeños huecos. Los objetos varían según el agrado de cada quien, y así hay quienes eligen objetos brillantes, otros quienes los prefieren de colores opacos y oscuros, y otros que llegan a conseguir objetos con formas extrañas y texturas increíbles. Entonces, como dije antes, según el clima, los ánimos, la alineación de planetas, el día correspondiente al ciclo menstrual y muchos otros factores que ahora no voy a detallar, hay una punta que queda vacía. Esa –me atrevo a adjetivarla de “maldita”- punta vacía es mejor que quede del lado de la pared, si es que uno coloca la calesita pentagonal sobre su mesa de  luz. Porque, al margen de que estéticamente no quede armonioso para el ojo humano, de algún modo esa puta, digo punta, vacía se las arregla para clavarse en el centro del pecho de quien la posea. Y duele, mucho. 

jueves, 12 de enero de 2012

ganar-perder

Todo lo nuevo necesita de lo viejo para nacer. Se nutre, se fortalece, va (cre)siendo sobre eso viejo que le sirve de base y a la vez de trampolín hacia el infinito creador de lo remoto, allí donde lo nuevo cobrará su forma, su fuerza para ser. Lo nuevo aparece a donde, entre lo viejo, se hace un espacio para lo ignoto, para la pregunta sin respuesta anticipada, para la duda sobre la certeza. Es necesario y hasta imperioso, dar aire a lo conocido para que prendan las llamas de lo desconocido y nos quememos en su exploración. Se requiere de un hueco, a veces generado por otro, y a veces por uno mismo -pero un hueco al fin-, que se mantenga por un tiempo en lo añejo, para luego cobrar forma propia y divergente, y así transformarse en lo nuevo. Pero si las garras que nos unen a lo viejo no se desprenden de él, jamás podremos mutar hacia lo diferente: es que lo nuevo aparece gracias a lo viejo, pero con la irremediable condición de dejarlo atrás.

martes, 10 de enero de 2012

question mark

Un hombre se sienta en el balcón, prende un cigarrillo y mira cómo el viento mueve las ramas del árbol de la vereda de enfrente. Permanece quieto, contemplando esa danza natural, perfecta y adormecedora que lo llena de calma. Piensa en sí mismo, en su vida, y reflexiona sobre lo que quiso hacer y nunca hizo, lo que quiso hacer y siempre hizo, lo que no quiso hacer y sin embargo hizo, y lo que no quiso hacer y pudo no hacer. Se pregunta si ese árbol -al que él ahora contempla y con el cual se siente tan a gusto-  querrá ser movido por las fuerzas del viento caliente del norte, y si en verdad ese árbol querrá estar en ese cantero, en esa calle, en esa ciudad. Se angustia ante el destino del árbol, destino claramente construido por otro, un gran otro que ni siquiera pertenece a su propia especie. Comienza a llorar, sin dejar de mirar ese movimiento involuntario que el árbol realiza, el cual pareciera ser una escena especialmente montada para él, el hombre sentado en el balcón que fuma el cigarrillo. Un gran nudo en el pecho lo ahoga, y lo invade de pies a cabeza ese sentimiento de opresión generado por aquellas circunstancias en las que uno no es capaz de (¿o no se atreve a?) elegir. Se pregunta, ahora, si en verdad querrá estar en ese balcón, fumando ese cigarrillo, contemplando ese árbol.