Se rompió el espejo del baño,
yo lo escuché
en realidad, dormía
y cuando sentí el “crack” me levanté.
Mi cuerpo temblaba
al comienzo
no reía ni lloraba,
fue puro suspenso.
Con la luz apagada
y con un ojo abierto
me incorporé y, pasmada,
escuchaba ahora el concierto.
Los vidrios caían en cascadas
chocaban el piso y volaban
y yo, en camiseta,
simplemente los miraba.
Resignada me hice un ferné
y busqué los Virginia Slims
y, cuando abrí el otro ojo, leí en el espejo:
“Let me be in your dreams”.
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