Hay muchas, varias. Quiero destrozarlas, a todas. Las luces rebotan en sus cristales y me encandilan y me irritan. La mía en particular está vacía y las otras en general están llenas, burbujeantes y presumidas, las quiero rebolear, a todas. Los acordes que suenan y resuenan en el ambiente, hacen juego con su tintinar en los chin-chines cuando todos ilusamente brindan por el amor, la salud y el dinero. Y yo quiero que se rompan, todas. El aroma a empanadas de carne picada se impregna en ellas, en todas, y más en la mía. Y yo las odio más, a todas. Las risas rebotan en ellas y las hacen reírse a ellas mismas, y yo las quiero ver llorar, a todas. Las miro más y más las detesto, pero no puedo dejar de verlas. Insoportablemente protagonizan el lugar y el momento, están en cada gesto y en cada suspiro.
Entonces giro mi torso y levantando la mano grito:
-Mozo, tráigame otra.
Entonces giro mi torso y levantando la mano grito:
-Mozo, tráigame otra.
Tomate otra, yo la tomare contigo.
ResponderEliminarLa noche recien empieza y parece sugerente.
cuanta bronca blondarocker
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