Veo me enredada en los enjambres cobrizos de la saturación inaugural
veo me arrastrada por la ventisca gritando pero sin voz que suene en el eco del
[atardecer
son los eclipses solares en la fiesta del espacio
llaman a la creación
excitan los tambores del corazón
envuelven y luego expulsan al indomeñable vacío que se abre al infinito
y llegan los de siempre a nombrar lo innombrable
crepúsculo inacabable
desechable
quédate en mi imagen, enredada e imposible,
y no digas lo indecible.
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