Uno cree que llegó lejos, pero siempre hay más. Si buscás encontrás, y si no buscás aparecen igual. Y sin darte cuenta te convertís en una caza fantasmas. ¿Te parece apropiado, a tu edad? No me digas que no te divierte la situación, es que ya no te creo. Y si vas a prender un cigarrillo por cada uno que aparezca, a los treinta no llegás, antes morís de un cáncer de pulmón. Y quien sabe, hasta te toca a los veintisiete, como a varias Jotas le han tocado, y como tanto te gustaría a vos. Eso sí que es de película, ¿no? Pero entonces sería mejor una sobredosis o algo así. Bueno, si no consumís todavía, es hora de que empieces. Una buena excusa es la de ver muertos, no todos pueden sobrellevarlo, y vos no serías la excepción. “Joven empieza a consumir heroína por presentificación de muertos”, un buen titular para Crónica. La gente lo va a entender, no es fácil lidiar con los espíritus, nunca sabés hasta qué punto se trata de alucinaciones, la línea es muy delgada… Sí, sí... Definitivamente la droga es un camino más sencillo. De última, la gente comprende más al drogadicto, pero ¿a alguien que vea muertos? No, no, eso es de locos, y la sociedad no quiere a los locos. Al manicomio directo. Pero los drogadictos son más queridos, sí, sí. Que se yo, será que están de moda. Y la heroína (muy Wonder Woman, además) es la excusa perfecta para vos. Eso sí, van a intentar rehabilitarte, sabelo. Intentarán hacerte volver a ser como ellos, sobrios, cuerdos, des-intoxicados, des-drogados. Vos, igual, tranca. Más fácil luchar con la sociedad que con todos tus muertos. Y total a los veintisiete c’est fini. Sí, vos decí que sí. C’est fini. C’est fini. C’est fini.
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