Tus crímenes aún duelen
Se ven, se sienten
Se tocan, se palpan
Se oyen, se gritan
Se hablan, no se callan
Están, los huelo,
En las calles
En las plazas
En la gente
En las cabezas
En los ojos
En el corazón
En la población
Por eso, te digo
y escribo:
No esperes olvido,
No esperes perdón
MUY BIEN
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