martes, 29 de marzo de 2011

de patricia ni noticia

Patricia, muy por lo general, se olvida de cobrarnos el alquiler. Entonces uno entra en un dilema del tipo dilemático y se pregunta si por contrato la culpa la tiene ella que está condenada a una memoria poco feliz ó nosotras que vivimos felices por su memoria condenada.
Sin embargo el 5 siempre le pagamos porque vaya uno a conocer los altibajos biográficos de Patricia, la dueña de acá. Sería muy interesante explorar su desinteres por la cuota mensual. Tendrá algún conflicto no resuelto con su padre, posible moroso y jugador que solo acumuló deudas y cuyo recuerdo le impide en un sentido karmátco ejercer presión sobre dos criaturas de veinticinco años que bien podrían haber sido ella a su edad? Sospecho que algún habitante de estos metros cuadrados debería ser capaz de responder pregunta tan sencilla. O será que Pat, Patricia, Pata, Paty prefiere no pecar de victima de un crudo capitalismo que la obliga a elogiar y seguir el ejemplo de puntuales cobradores de alquiler? Será que tuvimos la suerte de caer en manos de una férrea militante de la vivienda social y gratuita?
Más allá de cualquier explicación, la realidad es que Pat siempre se olvida de reclamarnos el alquiler. Qué linda que es Patricia. Cuando seamos dueñas queremos ser como ella.
Y que el día que nosotras nos olvidemos de pagar, este breve comentario sirva de fiel testimonio de nuestras buenas intenciones. 

domingo, 27 de marzo de 2011

al final

La carta llegó a sus manos la mañana del 8 de mayo. Luego de releerla por vez trigésima, Amalia la volvió al sobre, la guardó cuidadosamente en el cajón de su mesa de luz, y retornó a sus quehaceres cotidianos reprimiendo todo tipo de manifestación de tristeza.
Al caer la noche, Ismael arribó al hogar, abatido por el trajín de la jornada laboral. Después de saborear la cena que la adorada mujer había preparado con más amor que conocimiento en la materia, ambos se recostaron en la hamaca que colgaba en la galería con vista a la calle.
-Llegó la carta, ¿no es así? – le preguntó él sin mirarla, mientras largaba el humo del cigarrillo que acababa de encender.
Amalia, sin emitir ningún sonido, le tomó la mano con fuerza y apoyó su cabeza sobre el varonil hombro de él. No hicieron falta palabras para que Ismael supiera que el domingo próximo, al despuntar el crepúsculo del alba, vendrían por él.
Toda esa semana la vivieron como si fuera la última de sus vidas. Él abandonó su trabajo, ella abandonó sus labores hogareñas, y ambos se abandonaron al amor. Por las mañanas se quedaban entre sábanas hasta muy tarde, y sólo se levantaban cuando los besos y las caricias ya no bastaban para callar el rezongo de sus tripas. Luego del mediodía iban a la orilla del río, mojaban sus pies, sus piernas, sus torsos, sus cabezas, y buscaban sus reflejos en el agua cristalina, buscaban el reflejo cristalino de ambos, se miraban, ambos, los dos, juntos. Al caer la tarde, volvían al hogar atravesando el bosque de eucaliptos que bordeaba al pueblo, dejando que cada partícula del aroma de los árboles se adhiriera a sus cuerpos, quedando como recuerdo del trayecto que caminaban juntos. En las noches recorrían cada recoveco de la casa que los albergara por diez años, recorrían cada rincón, cada espacio, cada escondite, y recorrían sus cuerpos también. Se amaban sin pensar en que todo aquello era una despedida, que pronto él tendría que marcharse, y sólo se dedicaban a sentir y vivir profundamente cada momento. Ya no les servía pensar en que todo terminaba, si no que todo era lo que actuaban en el presente, y que ese presente se repetiría eternamente en sus fantasías.
El domingo llegó. Fueron las seis. Las siete. Las ocho. A las nueve, cuando nadie vino a quebrar la calma, cuando nadie llamó a la puerta, cuando nadie vino por él; ella se levantó y sin ninguna pertenencia se marchó y nunca más regresó.

sábado, 26 de marzo de 2011

una idea brillante

a las ideas de los hombres en general,
no sería brillante si nos metemos en una caverna y no salimos más?

gracias, gracias

lucyinthesky***

viernes, 25 de marzo de 2011

salven a las palabras

Las palabras no son meramente un puñado de letras unidas por obra del azar, ni las oraciones son un conjunto de palabras que fueron articuladas por simple diversión, ni los párrafos son oraciones que suenan bien decirlas todas juntas. No, no. Hay ideas. Hay significados. Hay sentidos. Manifiestos o latentes, pero hay. Las palabras valen, y valen más que el oro, valen más que el dólar, valen más que el petróleo, valen más que todo en este mundo. Así que le pido encarecidamente a la humanidad entera que las cuiden y las respeten. Que las piensen y las valoren. Que las estimen y las aprecien.  Que las veneren y las recuerden. Y que las cumplan, y no las olviden. Muchas gracias. 

martes, 22 de marzo de 2011

espejo

Imagino nubes.
Imagino nubes eternas, despampanantes, palpables y habitables.
Imagino – y veo- pasajes secretos, recovecos inciertos, laberintos de formas onduladas y ondulantes.
Me imagino ahí, allí, así, aquí, allá, acá.
Me imagino a la vez fría y cálida, sin termostato que valga.
Imagino el omnipotente alba,  y los colores que éste irradia.
Imagino que el azúcar es mi alimento, y la pimienta mi condimento.
Imagino saltos entre algodones y almohadones; sin fronteras, sin ataduras, sin ligaduras.
Imaginate mi imagen imaginada por mi imaginación imaginativa que imagina imágenes que vos también imaginás.
Imaginá que no es mi imaginación, si no la tuya.
Y no hay nubes.
Y no hay pasajes.
Y no hay adverbios.
Y no hay temperatura.
Y no hay crepúsculo de madrugada.
Y no hay dulce alimento, ni picante condimento.
Y no hay saltos esponjosos ni ilimitados.
Imaginate tus imágenes propias, con mis imágenes propias.
Imagino.
Imaginás.
¿Es tu imaginación?
¿O es la mía?

lunes, 21 de marzo de 2011

palabras de un futuro rompecorazones

En el salón de computación de un colegio de Buenos Aires, un (no me atrevo a escribir “inocente”) niño de diez años de edad, luego de querer “robarle” un beso a una compañera, le explica a su amigo (quien lo miraba atónito):
- La mujer perdona al zafado, no al atrasado.

domingo, 20 de marzo de 2011

a la drexler

en salvador de bahía
donde te quise prometer un amor
que el tiempo me devolvería.

y antes de eso en rio y antes de eso en almagro.


http://www.youtube.com/watch?v=QfhEKpFiepM

miércoles, 16 de marzo de 2011

no te equivoques

Si te grito eufóricamente: ¡andate a freír churros!
No estoy invitándote a que cocines una masa compuesta por harina, agua, azúcar y sal, rellena con dulce de leche (o si preferís, con chocolate), ideal para acompañar unos ricos mates en una tarde de lluvia en la costa atlántica argentina.
No,
sencillamente,
te estoy mandando a la MIERDA.


lunes, 14 de marzo de 2011

vulnerada

Perdida entre hojas, versos, frases y letras
con el cuerpo sereno y la música en el alma,
no me pidas ahora que te mire,
es que el tiempo me enceguece y el aire me agobia.
Tu des-entereza me conmueve, me saca fuerzas
y así estoy, arrastrándome en las penas sufridas.
Pienso en algo y al instante lo olvido,
el viento de otoño se roba mis pensamientos,
así como vos me robaste la ilusión.
La estantería cayó
y mis brazos no bastaron para levantar el desastre que quedó.
Y aunque mis brazos lo hubieran arreglado,
mi espíritu se fugó y eso ya me tiene ocupada.
Mi mirada lánguida busca en el espejo a la niña que también perdí,
y a la mujer que en el alba se quebró.

sábado, 12 de marzo de 2011

lacan-nietzsche (fusión)

si digo que amo en ti algo más que tú, 
es porque amo el deseo, no a quien deseo.



viernes, 11 de marzo de 2011

un vacío

(sentimiento: profundo enojo): -justifiquese.
(silencio, 5 minutos)
(sentimiento: compasión): -me parece, señor vacío, que usted no tiene idea de qué hace acá.

lucyinthesky***

critical crisis

a mi ayer me pasó algo contundente. yo estaba durmiendo, no? bueno, la cosa es que de repente me despierto y no se dónde estoy. pero no se dónde estoy enserio. o sea, no como a  esa gente que la juega de desorientada nocturna y en realidad es un pequeño síndrome de confusión onírica. Bueno, a mi me pasó que transmuté a desorientada nocturna, me desperté, lights totally off, me paré incluso y no sabía dónde estaba. pero no sabía dónde estaba ni cómo salir de mi habitación. 
y sí, ya me pregunté si lo había soñado. y sí, ya consulté si el tema de las pantallas en negro de freud es tan jodido. 
creo que no me gustó tanto soñar en negro. aparte a veces me gusta cruzarte en un sueño. aunque después me enoje y te eche. al final, los sueños son restos diurnos y vos me restás mucho. 

cualquiera.

infinito punto rojo

Cuando éramos chicos me dijiste que el amor cruzaba países, continentes y planetas.
Me acordé de eso porque hoy pasé por la esquina en que una vez te encontré (llevabas puesta tu camiseta roja y tu sonrisa de siempre).
Ahora me decís que no confunda autoridad con autoritarismo, y te contesto que yo soy de las que en el tuti fruti pone “Alf” en personajes con A.
¿Nos vemos en Melmac?

martes, 8 de marzo de 2011

una extraña en mi cabeza

Me dicen La Gran Maraña, y eso me gusta, sobre todo lo de “Gran” porque me hace sentir poderosa y vigorosa. Me creo potente y divergente, diferente a lo renuente.
Soy una maraña que araña y engaña. Me alimento de vos y de vos, y del de allá atrás también. En mi propio enredo te enredo, te atrapo y te tapo. No tengo principio ni fin, soy toda salida y llegada. Si te engancho en mi zafarrancho de nudos, enjambres y alambres, no salís, te juro que no salís. Me las arreglo y te entretengo con mis bla bla y mis chácharas de cha cha chas.
Estoy tan cómoda donde estoy que no me quiero ir. Vivo en un lugar muy cálido, o así parece. Es un sitio pequeño y de ensueño, capaz por eso me siento grande, y por eso lo siento cálido, porque me gusta y no me asusta. Acá yo controlo todo y sólo yo descontrolo. Y ojo que controlo todo, hasta el descontrol. 
Igual hay algo que no entiendo, arriba mío diviso algo que no comprendo y no alcanzo a desentrañar. Algo de luz que me aterra y me estremece, pero no me adormece. Me intriga pero me intimida. Si me acerco no sé qué obtengo. Más bien sé qué pierdo. Te pierdo y me pierdo.

sábado, 5 de marzo de 2011

triple cé

si creemos que crear es el camino
si creamos creyendo en el camino
si el camino es creer que creamos
si el camino es crear lo que creemos
si caminamos por la creencia de la creación
si creamos el camino de creer
si caminamos creyendo que creamos
y creemos
y creamos
y caminamos
seguiremos creyendo
seguiremos creando
seguiremos caminando

miércoles, 2 de marzo de 2011

la planta (ejercicio creativo)

la planta brillante y tupida me insipira. yo tengo que empezar a hablar? los albores me encandilan fusilativamente.qué? Julián se olvida la vida de repente y sus días soleados Igual no vuelan tanto Te voy a extrañar yegua, filha da puta Sí, está escribiendo Está nublado. Shhhh Me toca a mi? Eh? Pusiste? Acá vale todo El viento me enfría Buena poeta neruda Qué te pasa con Tomy? La puta madre que los parió a todos Están locas Cuándo? Dame un fernet más que ayuda al alma Che, mañana me voy a la zona industrial de Madrid. Invierno. Primavera. Invierno.

así tipo saramago dijo marie. vuelve en invierno.

lo mejor

sentate marie. posta, te deseamos lo mejor. escuchaste? lo mejor. o sea, que te vaya bien. no se cómo explicarte que realmente te deseamos un éxito rotundo. yo, ella y ella queremos que la pases genial. o sea, super copado, chevere, chido, cha-cha-cha. Baila un toco, es una masa lo que vas a hacer. Volvé con nuevas palabras, con nuevas oraciones que formen nuevas ideas que formen nuevos conceptos y así. O sea, volvé pensando. O sea, no se si nos estamos explicando bien, volvé con algo interesante para decir. O sea, no queremos sonar como que te decimos que no decís cosas interesantes. Bueno, dejá, mejor lo dejamos así. Cuando te decimos que la pases bien significa que la pases genial pero en diminutivo y con mucho amor.

feliz viaje mariela-la-la-life goes on.

gasqui*

martes, 1 de marzo de 2011

a propósito de un caso de neurosis obsesiva

Tenía 3 años cuando entré a salita verde y me obsesioné con el color verde. De los caramelos Sugus, comía sólo el verde. Cuando el semáforo se ponía en verde, me quedaba parada frente a él contemplándolo maravillada. En las plazas me revolcaba en el pasto con mucho gusto.
Cuando aprendí a leer me obsesioné con las letras. Jugaba con mi mamá a leer carteles en la calle. Sólo tomaba sopa con fideos de letras. Y obviamente mi juego preferido era la sopa de letras.
A los 11 años me obsesioné con un chico que actuaba en la tele y que tenía apodo de pez. Me compré un pez y puse la pecera en mi mesita de luz. Empecé a comer pescado y nada más que pescado. Todos los domingos le pedía desesperadamente a mi papá que me llevara al puerto a pescar.
Cuando entré al secundario y en historia estudiamos la “Revolución Francesa”, me obsesioné con Francia. Me conseguí un cassette con la Marseillaise y la escuchaba todas las mañanas cuando me levantaba. Empecé a estudiar francés en forma particular. Mi postre preferido era la crème brûlée.
Unos años después mis vecinos se compraron un perrito nuevo, y eso disparó mi obsesión por los canes. Convencí a mis padres y me compraron un perro, al que cuidaba como a un bebé recién nacido. Mi película de cabecera pasó a ser “Todos los Perros Van al Cielo”. Me compré uno de esos perritos que mueven la cabeza y lo llevaba en la mochila para ponerlo en cualquier transporte en el que viajaba.
A los 21, viajé en avión por primera vez y me obsesioné con la aeronáutica. Me fui a vivir a Ezeiza para ver de cerca a los aviones aterrizar. Fundé el Club de Fans de los Hermanos Wright, el cual llegó a tener 47 miembros. Inicié el curso de azafata de vuelo y me gradué con honores.
Ahora hace ya unos años que no tengo ninguna obsesión. Sólo me dedico a repasar cada una de las obsesiones que año a año me acompañaron en mi vida.