Al término de una relación, la gente se
empeña en decirte: “Ese chico no era para vos”. No importa cuál era la característica que lo hacía
pertenecer al grupo de personas no compatibles a uno, lo importante es destacar
la incompatibilidad de caracteres, y que la situación actual –la separación,
digamos- es “lo mejor”.
O porque te llevaba 10 años, o porque era
obsesivo, o porque vivía lejos, o porque tenía un hijo, o porque era muy
egocéntrico, o porque era drogadicto, o porque era mujeriego, o porque era
aburrido, o porque coleccionaba autitos de carrera, o porque no tenía amigos, o
porque era machista, o porque no sabía qué hacer de su vida, o porque vivía con
su hermana, o porque se quería ir a vivir a Argelia, o porque decía cosas
raras…
Eh? Paremos las rotativas, si la gente
pensaba todo esto, si creía que él no era
para mí -sí, en pasado-, ¿por qué alguien no me ahorró todo el sufrimiento y no me
lo dijo antes?
O, en todo caso, ya que ahora es un poquitito tarde para decírmelo, ¿por qué no se guardan el
comentario sabelotodo, evitan mi cara de odio y me dejan en paz en mi
frustración de haber elegido –otra vez- al chico que no era para mí?
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