Estado de situación:
Libros, botellas de
agua, termo, mate, zapatillas, zapatos, ojotas, y zapatillas otra vez,
pañuelitos descartables, cajas de cigarrillos vacías, polleras, medias,
remeras, camperas y medias otra vez, revistas, recortes, frases sueltas,
sábanas, toallas, toalla de snoopy de 1992, entradas de recitales, entradas de
museos, entradas, salidas (restos), tuquita salvadora, topline seven el chicle
de tu vida, carteras, bolsos, bolsitos, pelos de gato, míos, de otra gente,
libreta, apuntes de la Ilíada (una odisea), post-its, pincita de depilar,
monedas, monedas, moneditas, canciones escritas, canciones sin escribir, y una canción
sonando sin parar.
Según la Real Academia
Española:
Ordenar (del latin ordināre)
1. Colocar de
acuerdo con un plan o de modo conveniente.
Yo según yo:
No tengo plan ni modo
conveniente, no quiero mandar a que se haga nada, no me encamino ni me dirijo
hacia ningún fin, no confiero ni recibo órdenes sagradas (nada más lejos de lo
divino). Mi cuarto-mente, mi mente-cuarto (¿cuál es la diferencia, de cualquier
modo?) me viene dando señales de “ordenamiento” hace ya varios meses y yo hago
caso omiso de aquellas señales como si quisiera permanecer en este bella maraña
que es mi cuarto, que es mi mente, que soy yo, permanecer en este pasado-presente-futuro
y seguir escuchando esta misma canción.