sábado, 24 de marzo de 2012

nunca más

Tus crímenes aún duelen
Se ven, se sienten
Se tocan, se palpan
Se oyen, se gritan
Se hablan, no se callan

Están, los huelo,
En las calles
En las plazas
En la gente
En las cabezas
En los ojos
En el corazón
En la población

Por eso, te digo
y escribo:
No esperes olvido,
No esperes perdón

lunes, 19 de marzo de 2012

la cuerda puede ahorcarte,
pero también puede salvarte.
(¿o al revés?)

domingo, 11 de marzo de 2012

a volar mi amor

No soy yo, sos vos. Te busco y no te encuentro, te escapás constantemente por el agujero infinito de mi cartera apolillada. Y aunque meta y siga metiendo la mano, el brazo y hasta el hombro, huís para que no te agarre, pero me llamás desde ese más allá –tu más allá- para que te acompañe a ver pasar la vida. Dejá de insistir con eso, me da náuseas todo, vos, yo, todo. Pero igual llegué acá, lo sé, no me lo digas otra vez, el viento y los latidos de mi corazón se encargaron de mostrármelo. Y te veo, y me hablás, no me tocás, no te animás, pero me hablás, no parás. ¿Sos capaz de inventar un mundo de mariposas hermosas que canten canciones de invierno en días de verano? No te creo nada, porque no creo en nada, no creo en nadie, no creo en vos, y ni siquiera en mí. Y seguís monologueando, te escucho, tu voz ya no aturde, y ahora hasta adormece. Con mis últimas fuerzas te digo que no prediques el amor sin fronteras, cuando vos mismo no sabés cómo amar, ni cuando, ni donde, ni a quién. Nada ni nadie te lo puede explicar, sos vos el que lo tiene que descubrir, vos, solo, sólo vos. Pero, mirame, ¿me escuchás? Para eso tenés que querer soltar las cuerdas que te atan al altar de la razón. Soltalas, soltate, tomate un Sertal y dejate llevar.

martes, 6 de marzo de 2012

inercia colectiva

De repente, mirás al frente y todo empieza a cambiar. Cuerpos que no cesan de moverse, cuerpos frenéticos, parecen escaparle a algo. Se levantan, dan pasos irregulares, varios pasos irregulares. Atrás, adelante, al costado, y de nuevo a sentarse. A todo momento amagan con la quietud, pero al instante el desfile sigue, parece que el carnaval recién comienza. A veces son varios al unísono los que se mueven, pero ni se miran, ni se tocan, ni se sienten, ni se nada. Son sólo cuerpos en movimiento. Rápidos, concisos, espásticos, muy poco fantásticos. No hay caras, ni caretas, sólo espaldas y nucas amorfas. No hay identidad ni subjetividad, sólo objetividad. La objetividad de cuerpos desconformes buscando algo con esos movimientos interminables. Los ves, los observás, te intrigan, pero no querés formar parte. No. Entonces te parás, para irte. Y sin querer ahora lo estás haciendo. Atrás, adelante, al costado, y de nuevo te sentás. No sabés por qué. Ni para qué. Y seguís, sin pensar. Y ahora sos un cuerpo frenético en movimiento perpetuo buscando algo que nunca va a encontrar.


sábado, 3 de marzo de 2012

incapacidad

No salen por los ojos
no pueden
buscan otro camino
para irse
no pueden acampar en mí
-se tienen que ir-

escupo por las manos
algunas letras
torpes, escuetas
que crean palabras
con forma de lágrimas
-tienen que salir-

Letras que se unen
juntas, ellas
intentan sacar
esos demonios que me arrebatan
y me alejan de todo
-y de mí-