lunes, 4 de febrero de 2013

tu cuarto es tu mente/tu mente es tu cuarto


Estado de situación:
Libros, botellas de agua, termo, mate, zapatillas, zapatos, ojotas, y zapatillas otra vez, pañuelitos descartables, cajas de cigarrillos vacías, polleras, medias, remeras, camperas y medias otra vez, revistas, recortes, frases sueltas, sábanas, toallas, toalla de snoopy de 1992, entradas de recitales, entradas de museos, entradas, salidas (restos), tuquita salvadora, topline seven el chicle de tu vida, carteras, bolsos, bolsitos, pelos de gato, míos, de otra gente, libreta, apuntes de la Ilíada (una odisea), post-its, pincita de depilar, monedas, monedas, moneditas, canciones escritas, canciones sin escribir, y una canción sonando sin parar.

Según la Real Academia Española:
Ordenar (del latin ordināre)
1. Colocar de acuerdo con un plan o de modo conveniente.
2. Mandar que se haga algo.
3. Encaminar y dirigir a un fin.
4. Conferir las órdenes sagradas.
5. Recibir las órdenes sagradas.

Yo según yo:
No tengo plan ni modo conveniente, no quiero mandar a que se haga nada, no me encamino ni me dirijo hacia ningún fin, no confiero ni recibo órdenes sagradas (nada más lejos de lo divino). Mi cuarto-mente, mi mente-cuarto (¿cuál es la diferencia, de cualquier modo?) me viene dando señales de “ordenamiento” hace ya varios meses y yo hago caso omiso de aquellas señales como si quisiera permanecer en este bella maraña que es mi cuarto, que es mi mente, que soy yo, permanecer en este pasado-presente-futuro y seguir escuchando esta misma canción.